Dicen de mí que soy optimista, además de risueña, alegre, fuerte, inteligente y vital; a veces demasiado apasionada y sensible por momentos diría yo y, es cierto. Si en algo creo es en el potencial humano y en su capacidad de mejorar y crecer como personas. Y si hay algún conflicto, pues dedicaremos el tiempo que haga falta, enfocándonos siempre en las soluciones. Después de muchos años de estudio, práctica y vivencias personales
te ofrezco mi escucha, empatía, compasión y paciencia para seguir el ritmo natural de las cosas para que estas sucedan. Lo que no haré es juzgarte por tus actos; trataré de llevar nuestros encuentros hacia la comprensión de lo que pensamos y sentimos para saber por qué tomamos ciertas decisiones y para qué. Sin duda, esto determinará nuestra manera de relacionarnos con el mundo, marcará el nivel de satisfacción y bienestar y pondrá nombre a nuestra felicidad.
UNO DE
MIS GRANDES PILARES
UNO DE
MIS GRANDES PILARES
La disciplina positiva es un modelo educativo que favorece las relaciones de respeto mutuo en la escuela y la familia. La implementación de sus programas contribuye al desarrolo de valiosas habilidades socioemocionales. Se basa en el respeto, la cooperación y el aliento, e incorpora la firmeza y amabilidad como fundamentos para la enseñanza de estas habilidades. Los niños educados bajo este modelo desarrollan un fuerte sentido de pertenencia e importancia, sienten que sus acciones son valiosas y significativas, desplegando su potencial para convertirse en personas capaces.